martes, 16 de junio de 2009

Análisis de la Princesa Mononoke

Princesa Mononoke

La Princesa Mononoke es una película del realizador japonés Hayao Miyazaki, a quien se le ha llegado a considerar el Walt Disney japonés, pero como se ha podido apreciar en la película, su visión es completamente diferente a las temáticas y contenidos abordados por las películas de Disney. Al realizar un análisis de la película se pueden encontrar diversas problemáticas y críticas sociales, que abordáramos a lo largo de este pequeño ensayo.
La película se basa en la mitología japonesa con raíces en el shintoismo. El shintoismo es la religión mayoritaria de Japón y consiste en la veneración de los espíritus de la naturaleza, como lo podemos observar en los kodamas, que son los espíritus de los árboles, el shishigami, que es el señor del bosque responsable de los ciclos de la creación y destrucción, la vida y la muerte, y los mononokes, los cuales le dan nombre a la película, que son los espíritus animales que protegen al bosque, incluso con su vida.
El contexto histórico de la película es el del Japón de la era Muromachi que abarca de 1336 a 1573, en donde se observa la primer gran temática que aborda la película, la confrontación entre la modernidad (progreso) simbolizado por Lady Eboshi y la ciudad de hierro y la naturaleza simbolizado por la princesa Mononoke y el espíritu del bosque. El director intenta señalarnos que el progreso de la sociedad ha traído como consecuencia la depredación y contaminación del medio ambiente. Cabe aclarar que para el shintoismo el ser humano es parte de la naturaleza y tienen que respetarla y convivir con ella, es decir, tiene una concepción de una profunda espiritualidad sobre la necesidad de una armonía entre el ser humano y su medio ambiente, ya que en él habitan los espíritus.
En cambio, la civilización occidental, de la que somos parte, concibe que el ser humano debe dominar y controlar a la naturaleza, como lo ejemplifica la ciencia positivista, ya que está por encima de los otros seres vivos, por lo que él debe amoldar a la naturaleza a sus necesidades sin reparar en el daño que se le pueda hacer y a los otros seres vivos dentro de ella.
Así se confrontan dentro de la película distintas formas de concebir al mundo, lo que nos lleva a otro de los temas en torno al cual gira la película, que es el odio al otro, a lo que no comprendemos. Este odio está representado en la maldición que aqueja al príncipe Ashitaka, donde él tiene que aprender a ver las cosas sin odio para poder quitar la maldición que lo está matando, tratando de comprender a ambas parte (lady Eboshi y San).
Como se puede observar en la película no hay la típica lucha de buenos contra malos, sino que trasciende los convencionalismos maniqueos de Disney y nos plantea a personajes profundamente humanos, y por lo tanto contradictorios. Así podemos ver a una lady Eboshi que reinvidica y ayuda a grupos marginados como prostitutas y leprosos, pero al mismo tiempo no repara en deforestar el bosque y querer matar al señor del mismo con tal de obtener los que ella considera el progreso y bienestar de su sociedad. Al igual observamos a San, que es incapaz de aceptarse así misma como humana al haber sido criada por Moro el dios lobo, que repudia a los humanos pero salva y termina enamorándose de Ashitaka, al igual que defiende a muerte al bosque. Podemos concluir, que en el fondo es la incomprensión y la falta de aceptación y respeto del otro la temática en torno a la cual gira la película, donde se subraya la necesidad de aprender a dialogar con el otro para comenzar a comprender y que pueda haber un desarrollo sustentable, es decir, un progreso que no vulnere al medio ambiente y a diversos grupos sociales.
Como último punto, queremos subrayar el papel de las mujeres dentro de la película, en la cual se ve a dos mujeres líderes de sus grupos de referencia que luchan por sus ideales, lady Eboshi simbolizando a mujer empresaria moderna y San como la mujer fuerte que defiende la tradición, con lo que demuestra que dentro de lo tradicional la mujer también puede desempeñar un papel relevante.
Así podemos concluir que la película de Miyazaki tiene muchos temas de reflexión desde el punto de vista social y simbólico, que aborda tanto el trato digno a los grupos sociales menos favorecidos, como la posición de la mujer dentro de la sociedad, así como trata de concienciar sobre la depredación que el ser humano hace a la naturaleza. Pero el mensaje principal que se transmite es el de aprender a vivir en armonía con nuestro entorno y de tratar de comprender a la otredad sin dejarnos llevar por el odio.





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